Pues si, una Docena de Champions en las vitrinas con la consiguiente asimetría espacial para exponerlas. Si algo hay que decir de la final es que nadie esperaba que fuera así de contundente, sobre todo por los periodistas "patriotas" y los madridistas pesimistas que ponían a la Juve como el no va mas con Buffon en modo Balón d'Or. Después estábamos los madridistas que vemos todos los partidos del equipo y sabíamos que saliendo concentrados no hay rival que pueda con nosotros.
El partido en sí no tuvo mucha historia, la presión alta italiana que complicaba la salida del balón pero que la solventamos con el primer gol solucionaba todo. El empate de ellos ni se lo esperaban, fue un pequeño jarro de agua fría. Menos mal que la segunda parte fue una clase magistral del equipo por completo. No sabían por done les daba el aire. Así pues, con el paso del tiempo solo sirvió para ratificar una nueva Champions, La Duodécima, con un 1-4 contundente.
En Liga, por fin ganamos la 33º con la palabra clave "dosificación". Saber utilizar toda la plantilla para que estuviera enchufada durante todo el año fue mérito de Zidane. Además de saber aguantar la presión de tener que ganar miércoles y domingo ambas competiciones para hacer algo que no se repetía desde 1958. Broche de Oro con este doblete haciendo buen fútbol.
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